En el Jardín Botánico Padre Julio Marrero nace un espacio dedicado a la conservación de las orquídeas nativas de Santo Domingo de los Tsáchilas y de la bioregión del Chocó. A través de una nueva infraestructura que recrea su hábitat natural, este orquideario busca proteger a las especies epífitas más sensibles, fomentar su reinserción futura en el ecosistema y, al mismo tiempo, convertirse en una herramienta educativa para los visitantes del Jardín.

Los ejemplares fueron recolectados a través de salidas de campo a reservas como Tesoro Escondido y Cascada Las Rocas, con los debidos permisos de investigación y movilización. Luego fueron trasladados al invernadero del Jardín Botánico para su cultivo y monitoreo, y posteriormente sometidos a un proceso de identificación taxonómica. La creación y desarrollo del orquideario demuestra su capacidad efectiva para recrear las condiciones microclimáticas que permiten el crecimiento y conservación de estas joyas vegetales. En su interior, el orquideario simula el ambiente al que la familia Orchidaceae está adaptada, incluyendo troncos, piedras y plantas asociadas. Su exterior fue recubierto con saram, y su fachada, elaborada con biomateriales como bambú y fibra vegetal, lo cual realza su integración con el entorno natural.

Actualmente, cada ejemplar cuenta con su respectiva etiqueta, que incluye el género, la especie y su nivel de amenaza. Además, el orquideario cuenta con seis paneles informativos. La panelería externa ofrece una introducción general a las orquídeas, su diversidad y belleza, mientras que la interna explica su anatomía y ecología. Gracias a estas acciones, el orquideario se encarga de proteger especies en riesgo sin perder el componente educativo, el cual conecta a los visitantes con la riqueza ambiental de su entorno.